lunes, 26 de abril de 2010

LA FIGURA FEMENINA EN EL ARTE IBERICO:LA DAMA DE BAZA

En el arte ibérico las figuras femeninas tendrán una gran importancia, esta clase de esculturas predominan sobre el resto ya sean enteras o en fragmentos, entre ellas predominan el tipo oferente o donante, en pie, cubierta con alto tocado, envuelta en largos ropajes y presentando un bajo que sujeta con ambas manos, a este grupo se le añade un buen numero de cabezas sueltas, la mayoría con tiara, otro grupo podía formarse con las figuras sedentes las cuales exhiben a menudo grandes tocados.



Clasificaremos las figuras en tres grandes grupos:

Las más importantes serán las estatuas erguidas entre ellas destacara la Dama del Cerro, presentada recta y en una estricta frontalidad, sosteniendo con ambas manos un recipiente que parece ofrecer, sus ropajes consistirán en un amplio manto con el que cubre hombros y brazos, dando lugar a un plegado geométrico, sus adornos muestran una gran riqueza la frente se ciñe con una rica diadema, de la cual descienden dos trenzas, a su vez por ambos lados del cuello asoman dos rodetes de rica labor, sobre el pecho tres collares y un enorme pectoral metálico.

Bustos y cabezas lo más destacables de este apartado son los tocados, formados por una especie de peineta, este tipo de tocados suele poseer formas diversas y alcanzar enormes dimensiones.

Las estatuas sedentes se dividen en trono y sillón, en su totalidad forman casi una docena, la mayoría surgidas del cerro de los santos, su tamaño será pequeño debido a que no serian imágenes de culto sino de seres humanos simples exvotos, la actitud de estas será idéntica entre sí, sentadas en sillones de madera con actitud protocolaria, vestidas de gala luciendo sus joyas y tocados espectaculares. La figura mas destacada en este campo será la gran dama sedente en el santuario del Llano de la Consolación, citaremos que es de tamaño casi natural, envuelta en un amplio manto, se encuentra sentada en un gran sillón, con actitud estrictamente frontal y rígida, contrastara con la flexibilidad de los pliegues.
LA DAMA DE BAZA:
La Dama ocupaba el centro de uno de los lados cortos de una tumba rectangular.

La Dama de Baza como la de Elche tiene una profunda cavidad pero no en su dorso sino en el loado derecho del cubo de su trono, y aquí se ha podido comprobar lo que en la Dama de Elche se suponía, que el destino de esta cavidad era contener restos humanos incinerados. La estatua representa a una mujer joven, sentada en un trono con actitud rígida, frontal y solemne. Sus pies están separados pero los dos en una misma línea, calzados con champines de suela y puestos sobre una almohadilla o escabel. Viste tres túnicas visibles encima de los pies y un manto subido sobre la parte trasera y alta de la cabeza, que cubre los hombros y los brazos para caer luego a los lados de las piernas en sendos picos con pesas de plomo los brazos de la dama descansan en los del trono, pero las manos se apoyan en las rodillas; la derecha abierta mostrando el dorso y la derecha abierta aprisionando un pajarillo.

La piedra es una caliza como a la empleada habitualmente por los escultores iberos, el tamaño de la estatua será el de una mujer de la época alcanzando una altura de 1,32, la piedra esta revestida de una delgada capa de yesos con silicatos pintado con diversos colores: las cejas y pestañas de negroy en este mismo colr pero con mayor intensidad las ondas del pelo y los rodetes discoidales que rondan los pómulos, la tunica y el manto de color azul celeste, bastante intenso como indican los restos conservados pero no de conservación tan buena como el rojo bermellón de los chapines, el trono esta pintado de ocre imitando a la madera.

La cabeza de la dama esta cubierta de una cofia de fibra vegetal a la que se superpone una sarta de veintisiete glandes que probablemente eran de oro en realidad. Los pendientes constan de una morcilla cuyos extremos atraviesan los lóbulos de las orejas y de unos grandes prismas rectangulares de infinidad de colgantes a modo de flecos.

El cuello esta ceñido por tres collares en los que alternan finas cuentas discoidales, otros dos collares surcan el pecho uno de lentejuelas y otro de hojas acorazonadas, sus muñecas llevan cinco pulsera redondas y sus manos toda una colección de anillos.

El trono o sillón es un asiento de cuatro patas las delanteras terminadas en garras leoninas yen el respaldo unas grandes orejas o alas.

El tipo de estatua es griego y la podemos situar en el siglo IV a.c representando a una afrodita o diosa madre.

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